¨LA MUJER DEBERÍA MIRARSE EN EL ESPEJO Y SER LA PRIMERA QUE SE EXCITE¨ MARTA TORRÓN
Por: Wildania Peralta RodriguezEn una conferencia en la que participé hace un par de meses compartía información sobre educación sexual y sorprendentemente observaba la incongruencia del público presente (en su mayoría mujeres) en cuanto a sentirse cómodas escuchando la disertación y por otro lado experimentar rechazo hacia la misma. Esta situación llama siempre mi atención porque estoy consciente de que la capacidad de la mujer para disfrutar su vida sexual tiene mucho que ver con la construcción mental y social que existe sobre la sexualidad.
Placer sexual femenino, tiene que ver con la capacidad de disfrute
pleno de nuestro propio cuerpo y a su vez de su contacto con otra persona. La
mujer reconoce su derecho y capacidad de goce total de la sexualidad
independientemente de si está sola o en pareja. No le preocupa si la otra persona
está satisfecha, si le gusta, si lo complace, si le sirve, si lo mueve bien,
entre muchas otras cosas si eso significa que olvida su propia satisfacción.
La mujer tiene una historia triste de subordinación y opresión que la
coloca en una posición de objeto y regalo. La estructura social y cultural
la obligaba a sentir vergüenza de sí misma (incluyendo de los genitales) a tal
punto que lamente no le daba el permiso
para apropiarse de todo lo que su cuerpo
puede hacer para generar placer sexual, sino que crece con creencias
preconcebidas (estereotipos) acerca de cómo debería ser el cuerpo, los senos,
la vulva, la vagina e incluso de cómo debería ser la intimidad sexual,estas
creencias crean limitaciones para explorar el abanico de posibilidades
existentes.
El placer sexual femenino ya no es lo que era y esto no significa
promiscuidad, libertinaje o carencia de principios; a lo que me refiero es a la
flexibilidad para dar paso a la autoestima adecuada, la confianza y seguridad
que autorice la mente al placer. Esa mujer que observa los genitales femeninos
con agrado, los cuida y disfruta. Que ha superado la vergüenza y mira las
diferencias que hacen única a cada mujer.
El placer sexual femenino ya no es lo que solía ser porque no tiene que
depender de algo o de alguien fuera de ella, la nueva mujer ahora sabe que
al explorar, tocar y sentir su propio cuerpo no tiene que sentirse mal y generar
culpa. Comunicar asertivamente y en un ambiente no sexual a la pareja lo que le
va mejor, lo que le funciona (no a todas le funciona lo mismo); sus fantasías y
sus dudas no tiene por qué ser ofensivo ni vergonzoso. Al contrario, se ha
demostrado que son recursos que favorecen el disfrute, la intimidad emocional y
sexual.
Todo esto puede parecer utópico, algo irreal que aún no se vive desde el
interior de cada mujer que conozco, no obstante, es un camino disponible a
recorrer hasta que cada mujer que existe se ame, valore y respete de tal modo
que sepa lo que merece y lo tenga.
Psicóloga Clínica,
magister en terapia Familiar y
Especialista en Psicología Forense.
E-mail: willdaperalta@hotmail.com
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